6 ene 2018

LOS XOLOS EN LA OBRA DE AÍDA EMART.


Por: Raymundo Flores Melo.

Cuando se entra al mundo del xoloitzcuintle[1], a la par que se aprende sobre su cuidado, surgen nuevos intereses en torno a la raza. En este caso, fueron las diferentes representaciones que se han hecho de este perro mesoamericano a lo largo de la historia de México.

Dentro de los artistas plásticos encontrados[2], la obra de Aída Emart llama la atención. Si bien, en un primer momento, no se encontraron muchas piezas donde apareciera el xoloitzcuintle[3], nos pudimos dar cuenta de la cercanía que tiene con estos canes por la manera desenfada y entrañable de pintarlos.

Tiempo después y gracias a las redes sociales, su obra volvió hacerse presente. Las pinturas, dibujos y bocetos dedicados a los xolos se habían incrementado. Los xoloitzcuintles convivían con niñas de largas cabelleras adornadas con listones rojos, con niños de mirar inocente, así como con Friditas, e inclusive los encontramos haciendo mancuerna con  la singular Catrina.

También estaban los xolos convertidos en una especie de alebrijes de color azul, acompañando a las mujeres de mirar enigmático que forman parte del estilo de la artista.

En una entrevista[4], la pintora aclara que ella empezó a pintar xolo-alebrijes a la muerte de Princesa Azteca, xoloitzcuintle con la que había vivido varios años. Aclarando más adelante que el  color azul se debe al último suéter que tuvo su mascota, mismo con el que está representada en un cuadro.

En la pintura mencionada, aparecen “un niño y una niña mexicanos, ambos en la cocina abrazando un xolo, en tanto que este, con la mirada parece decir: ¡sí me aman![5].

Entre soles, casas, sillas; cestos, mazorcas, alcatraces; sandias, gallos, colibríes; mariposas, toros, caballos; palomas y gatos; los xolos forman parte sobresaliente del universo  creado por Aída Emart para el deleite visual.

Una de las pinturas, la titulada Muchas noches han pasado, donde una mujer sostiene en su regazo a un xoloitzcuintle, es una obra llena de simbolismo, como el de la luna, relacionada con la mujer y la fertilidad. Alusión reafirmada por el pelo largo que la dama sostiene y acomoda con una mano. También está presente la muerte (cráneos), y el perro – en este caso un xoloitzcuintle -  que según la tradición nahua encamina a los fallecidos al Mictlán, acentuando con ello, en este trabajo, la idea de la continuidad vida-muerte.

Otra pintura que entraña la misma carga simbólica es Al rescate de la Luna, donde están representados la muerte, el perro y una luna que parece ser depositada dentro de una vasija. La luna-mujer-fertilidad es rescatada por el can de las manos de la muerte, guardando cierto paralelismo al mito precortesiano donde Quetzalcóatl-Xólotl rescata del inframundo los huesos de los gigantes para crear al ser  humano.

Las influencias en la obras de Aída Emart son variadas, sin embargo, la de la escuela mexicana de pintura se deja entrever, haciendo de sus trabajos un recordatorio del México rural con reminiscencias prehispánicas;  sin olvidar la parte urbana, sin dejar de lado la gran ciudad de México donde reside.

La pintura Xoloitzcuintle con su escuincle es un ejemplo de esa sobriedad bucólica que, sin embargo, encierra en su colorido la alegría de estar vivo – de estar enamorado de la vida -, así como lo expresan muchos de los pueblos originarios de las república mexicana durante sus fiestas populares.

Una mezcla de tranquilidad, amor y a veces un poco de sensualidad, en diferentes porciones,  es lo que tenemos en la obra de Aída Emart; trabajos que vale la pena conocer para complacerse en un remanso de paz y felicidad.


Enero de 2018.


[1] En el 2009.
[2] La búsqueda empieza en 2010.  El texto resultante fue Las representaciones del xoloitzcuintle publicado en el blog Itzcuintli: Perro Mesoamaricano en el año 2013, mismo que puede leerse en la siguiente dirección:
[3] Se encontró una pintura del año 2006.
[4] Véase Cervantes Conde, Rosaura. “Dibujar por la mañana mantiene a la pintora Sana: Aída Emart” en el  número 202 de la Revista Personae es excelencia del mes de septiembre de 2016.
[5] Ibíd., p. 30